El desafío de la formalización

Más de 11.000 mineros se formalizaron hasta principios del 2023, y más de 87.000 están camino a hacerlo. Pero el proceso es largo y tedioso.

Sep 18, 2023

Escribe: Fernando Olivera Ch.

El oro sigue siendo el principal metal explotado en la pequeña minería y en la minería artesanal. Para el 2019, este sector representaba el 22% de la producción aurífera declarada en el país, con un valor estimado de 1.000 millones de dólares.

A principios del 2023, la cantidad de personas naturales y jurídicas que ejercían la actividad minera y estaban inscritas en el Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo) sumaban 87.771, como consta en el Anuario Minero 2022.

De estas 87.771, se formalizaron 11.101. De ellas, 1.880 son titulares de una actividad minera de explotación o beneficio de minerales metálicos o no metálicos, que agrupan a 9.216 socios, accionistas, operadores mineros, entre otros.

RETOS A LA VISTA

En la actualidad, las direcciones regionales de Energía y Minas son responsables de evaluar, fiscalizar y formalizar la actividad minera a pequeña escala. No obstante, esta labor les resulta sumamente desafiante, debido a la carga laboral, ya que estas oficinas también deben abordar cuestiones relacionadas con la energía, el medio ambiente y temas sociales, pero además porque faltan recursos y el personal necesario para llevar a cabo eficazmente esta tarea.

“Veo casi imposible que se pueda avanzar rápidamente la formalización si se mantiene la estructura actual, porque no se van a dar abasto. Las direcciones regionales de Energía y Minas dependen de alguna gerencia de desarrollo, ambiental o de recursos naturales, y no son prioridad para las regiones. Cuentan con unas tres o cuatro personas, la mayoría contratadas, que cambian con la llegada de gestiones nuevas, y son unos 70.000 los mineros en proceso de formalización que deben pasar por evaluación”, opina el ingeniero Henry Luna, presidente del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet).

A ello se suma que los centros mineros artesanales están fuera de la ciudad, a veces en zonas de difícil acceso. Por tanto, el equipo de formalización debería contar con camionetas todoterreno y aparatos satelitales para tomar las coordenadas de la zona de extracción minera, además de equipos topográficos. Si no se cuenta con estos recursos logísticos, es complicado cumplir la tarea.

El directivo de Ingemmet agrega que, por otro lado, una parte de los mineros artesanales que aún no están incorporados en el sistema formal se amparan en comunidades que no respetan la legislación minera y les permiten trabajar a cambio de alguna regalía. Esta situación también propicia la corrupción, ya que no faltan dirigentes comunales que desaparecen con estos fondos.

“Entre los organismos que fiscalizan la actividad minera se encuentran Osinergmin, OEFA, Sunafil y también la Sunat. Estos deberían invertir por lo menos el 70% de sus esfuerzos en las zonas donde prevalece la minería ilegal e informal, con la finalidad de ayudar a formalizar, prevenir la contaminación y abordar los temas de seguridad. La mediana y gran minería prácticamente no los requieren, ya que casi todas cumplen las normas ambientales y la regulación vigente. Debemos enfocarnos en lo que nos impacta negativamente”, explica Henry Luna.

PROFUNDIZANDO EN EL PROBLEMA

Jean Martineau, presidente y director ejecutivo de Dynacor, considera tres situaciones clave para entender la minería artesanal y de pequeña escala (MAPE). La primera data de los años 2000 al 2010, cuando la onza de oro se cotizaba a 1.200 dólares, lo que motivó el aumento exponencial de los mineros artesanales.

La segunda situación corresponde al desarrollo desorganizado, que genera muchos problemas para el medio ambiente, la seguridad y la salud de los propios mineros, por el empleo del mercurio. Y la tercera situación es la aparición de normativas para formalizarlos, porque se comprendió que no se puede eliminar a un sector que, según los expertos, contribuiría con alrededor del 30% de la producción de oro del país.

“Las empresas de la gran minería, las organizaciones internacionales del mercado del oro y el LBMA (London Bullion Market Association) están reconociendo la importancia del aporte de la producción de oro de los mineros artesanales. Es importante abordar esta realidad y diferenciar la minería artesanal informal de la minería artesanal ilegal”, sostiene Martineau.

Agrega que el Gobierno debe brindar más recursos para acompañar técnica- mente a los mineros artesanales inscritos en el Reinfo, para que puedan completar su formalización, pues los esfuerzos que hace la empresa privada para apoyar a las MAPE en este proceso son insuficientes.

PROCESAMIENTO Y COMERCIALIZACIÓN

1. El presidente del Ingemmet indica que gran parte del mineral extraído por los mineros artesanales es exportado de manera ilegal a países vecinos, a través de las fronteras.
2. Agrega que la mayoría de los planes de formalización se centran únicamente en la extracción del mineral, pero se descuida la comercialización y el procesamiento.
3. Considera que la presencia de plantas de beneficio (de separación de los minerales del desecho) formales en las proximidades de las áreas de actividad minera artesanal ayudarían a resolver este problema.

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