Panorama de retos y oportunidades
El sector minero es uno de los más importantes para el desarrollo de la economía peruana, pero enfrenta grandes desafíos. Entre ellos, la solución de conflictos sociales, la formalización de la minería, el destrabe de proyectos y hacer un buen uso del canon.
Escribe: Óscar García
La minería continúa siendo unas de las actividades que más aporta a la economía del país. En el 2022, representó un poco más del 11% del PBI y el 66% de nuestras exportaciones, de acuerdo con cifras del Ministerio de Energía y Minas. Sin embargo, los números no revelan los desafíos que esta industria afronta desde hace varios años, debido a la inestabilidad política y la consecuente crisis social que agudizó los conflictos ya existentes.
Gonzalo Delgado, director del Centro de Minería y Sostenibilidad de la Universidad del Pacífico, opina que los últimos años tuvieron como resultado que el Perú sea menos atractivo para las grandes inversiones internacionales. Según datos del Banco Central de Reserva, el 2023 cerraría con un significativo retroceso en la inversión minera de hasta el 19%.
Por ello, para el experto es urgente tomar acciones que cambien este panorama. “El gran problema es que se avanzó muy poco para solucionar los conflictos ya existentes y muchos de los compromisos asumidos por el gobierno no fueron cumplidos”, afirma.
✓ EXPLORACIÓN EN CAÍDA
Carlos Torres, director de la carrera de Ingeniería en Gestión Minera de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), señala que la crisis política generó una falta latente de estrategias de gestión que posicionen la minería como lo que es: una fuente de oportunidades de empleo, crecimiento y desarrollo. “Necesitamos que el Estado sea el director, productor, guionista y actor principal de esta película”.
Por otro lado, tras los efectos inmediatos de la pandemia por el COVID-19, la minería creció a tasas muy inferiores a las del promedio mundial. Miguel Cardozo, presidente de PERUMIN 36, señaló recientemente que entre el 2017 y el 2022 la inversión en exploración en todo el planeta creció en 64%, mientras que en el Perú lo hizo a un ritmo del 5%.
✓ MAYOR SINERGIA
Delgado opina que se requiere consolidar el rol de la actividad minera como generadora de desarrollo para todos los actores involucrados. “El sector tiene que contar con una estrategia que contribuya al progreso de la zona. Nada de esto será posible si no se encuentran espacios de participación donde se coordinen acciones conjuntas”.
Añade que este es el momento para que las empresas mineras empiecen a trabajar de forma conjunta, con grandes acciones amparadas bajo una estrategia macro. “La industria tiene iniciativas que muchas veces no se conectan entre sí. Creo que el Estado debería incentivar la cooperación entre los grandes proyectos que existen entre las grandes macrozonas mineras del país”.
Por su parte, Torres sugiere que esto tiene que llevarse a cabo con una constante inversión en tecnología y productividad, a fin de hacer más eficientes las operaciones. “El compromiso con la sostenibilidad en todos sus sentidos se debe potenciar”. La expectativa para encontrar las soluciones a los retos de la industria se centra en PERUMIN.
▶ Decisiones para mejorar los resultados
VIVIANA PROCHAZKA
Profesora de la carrera de Economía y Negocios Internacionales de la Universidad ESAN
En cualquier tipo de industria, es poco probable que las empresas den luz verde a inversiones en países con escenarios inestables, más aún en minería. Por ello, en lo político no basta con dar mensajes de estabilidad y seguridad jurídica a las inversiones cuando no se corresponde con la realidad que está a la vista.
Un área de acción para mejorar los resultados de la minería es la racionalización de los trámites y permisos ante los diferentes órganos de supervisión, fiscalización y control, mediante el establecimiento de una ventanilla única a través de la cual gestionar las autorizaciones necesarias y cumplir con todas las obligaciones ambientales y sociales.
Por último, la explotación de hoy debe asegurar el bienestar de nuestras generaciones futuras, mediante el desarrollo de habilidades y tecnologías avanzadas o la transformación estructural de la economía. Es indispensable que los recursos generados sean aprovechados eficientemente y al máximo por los gobiernos en el desarrollo integral de los pobladores de las zonas de influencia directa.
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