Lucha frontal contra la COVID-19

El Perú fue uno de los países más afectados del mundo por la pandemia del Covid-19. En esos momentos difíciles, las empresas mineras sumaron todo su esfuerzo para proteger a la población más vulnerable de las zonas donde operan.

Sep 19, 2022

Cuando se confirmó el primer caso de Covid-19 en el Perú, el 6 de marzo del 2020, el país no estaba preparado para enfrentar una emergencia sanitaria tan grande. El Estado tuvo que hacer frente a un enemigo invisible y mortal, pero no se daba abasto ni siquiera para atender adecuadamente a la capital. En tal escenario, las empresas mineras enfocaron sus programas de RS a proteger a la población de las regiones donde se ubican sus operaciones.

“En Moquegua articulamos esfuerzos con las autoridades regionales y sectoriales para atender las necesidades urgentes con insumos y equipamiento para salvar vidas”, explica Claudia Vivanco, gerente de Comunicación Corporativa de Anglo American Quellaveco.

“Algunos equipos fueron instalados por primera vez en la región, como las cámaras hiperbáricas. “Consolidamos un sistema de salud más fuerte, capaz de responder a otras crisis sanitarias y con la capacidad para prevenir enfermedades. Creemos que nuestra intervención, y las de otras empresas, fue clave en Moquegua durante la pandemia”, subraya la ejecutiva.. En paralelo, agrega, existía preocupación por el golpe económico en la agricultura moqueguana.

Por eso idearon mecanismos de soporte como Agro Quellaveco, un fondo de garantía de 5 millones de soles para que los productores agropecuarios accedieran a créditos con tasas muy bajas. Actualmente más de 300 personas usan este sistema para financiar mejoras en sus cultivos y compras de insumos y otros elementos.

COMBATE FRONTAL
Otra empresa minera que se sumó a la lucha contra el Covid-19 fue Gold Fields, que trabajó con las autoridades e instituciones de la región Cajamarca —y especialmente de la provincia de Hualgayoc, donde se ubican sus operaciones— para gestionar donaciones por más de US$ 1.2 millones.

“Una acción clave fue la donación de una moderna planta de oxígeno medicinal, valorizada en 300 mil dólares y con capacidad para generar 30 metros cúbicos de oxígeno por hora. Esto representa 504 balones de oxígeno a la semana o 72 balones al día. Fue una iniciativa que nos permitió contribuir a salvar vidas en el Hospital Tito Villar Cabezas”, afirma Rafael Sáenz, gerente de Comunicaciones y Relaciones Institucionales.

Además, brindó traslados y alojamiento para más de 500 personas, financiamiento para viajes de repatriados, trabajos de desinfección y apoyó con la logística para el traslado de 500,000 vacunas, lo que incluyó la cadena de frío necesaria.

MÁS ACCIONES
Ferreycorp, junto a sus empresas Ferreyros y Soltrak, donó más de 38,500 artículos de bioseguridad a hospitales, unidades de bomberos y servicios de emergencia en el Perú.

“Estas donaciones incluyeron los primeros respiradores purificadores de aire con motor a hospitales en nuestro país. Asimismo, contribuimos con la iniciativa Hombro a Hombro para el traslado de las vacunas a territorio peruano y la implementación de dos plantas de oxígeno a EsSalud para pacientes Covid. Pusimos a disposición nuestra maquinaria de forma gratuita para labores de desinfección en las ciudades de Piura, Chiclayo, Chincha e Ica”, destaca Patricia Gastelumendi Lukis, gerente corporativo de Finanzas en Ferreycorp S.A.A.

Las buenas prácticas de responsabilidad social de las empresas mineras ayudaron a enfrentar la emergencia sanitaria en diferentes regiones del país, principalmente en sus áreas de influencia. Así se convirtieron en protagonistas de la lucha contra la pandemia.

UN MODELO EXITOSO
Walter Oyola Neyra, Gerente de Salud Compañía Minera Antamina S.A.

La crisis sanitaria declarada por la pandemia de la Covid-19 hizo aún más evidente la relevancia del trabajo articulado entre el sector público y la empresa privada para el logro de objetivos sociales. El productivo relacionamiento de más de 20 años entre el Gobierno Regional y Antamina, materializado en oportunidades de desarrollo dentro de un espacio de confianza y mutua colaboración, fueron el terreno adecuado para implementar, desde marzo del 2020, una intervención orientada a garantizar la seguridad alimentaria, la mejora de la oferta de servicios de salud en la respuesta a la emergencia nacional (con cuatro plantas de oxígeno, el primer laboratorio molecular regional, 15 ventiladores mecánicos, nueve ambulancias, 16 ecógrafos y 268 balones de oxígeno) y el fortalecimiento de capacidades en autoridades locales y personal de salud de la Región.

En junio del 2021 se estableció un convenio marco que diseñaba un modelo de colaboración entre la DIRESA Áncash y Antamina para fortalecer el Plan Regional de vacunación, teniendo al MINSA como responsable de la provisión de vacunas, permitiendo triplicar la capacidad y velocidad de vacunación en la región, garantizando hasta la fecha que puedan contar con 200 brigadas de vacunación, 14 camionetas para supervisión y transporte de insumos, 65 refrigeradoras y 483 equipos de conservación y almacenamiento de vacunas que aseguran una adecuada cadena de frio.

La intervención de Antamina ha hecho posible que Áncash sobrepase las metas de cobertura de vacunación , llegando a un 90% de la población objetivo y protegiendo a más de 1 millón de pobladores mayores de 5 años, ubicándola en el tercer lugar a nivel país. La estrategia de priorizar las zonas rurales de difícil acceso, las poblaciones vulnerables y los pueblos originarios, en el marco de un enfoque territorial, han contribuido al éxito de este modelo público–privado que ha permitido sostener el proceso de reactivación económica y garantizar el retorno seguro a clases pres

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